Habíamos hablado antes sobre el consejo que me dio en su primera visita sobre las piedras que la gente reutilizaba en los pueblos y de la gran cantidad de cazoletas que había encontrado desde entonces.
De camino a Luyego, se paró a descansar en un parque que hay a la entrada del Val de San Lorenzo y cuando se sentó en una de las muchas mesas que hay repartidas por todo el recinto, comprobó que había varias cazoletas en la mesa y en los bancos.
Cuando me lo contó, bromeamos con cambiar el nombre del blog por el de “La tierra de las cazoletas”. Días después me acerqué a verlas y como os podréis imaginar, al salir del parque me fui directo a la iglesia.
Cuando vi que el pórtico y el pavimento estaban recién restaurados me imaginé lo peor, pero enseguida me tranquilicé. Ahí estaban las cazoletas. A la vista de todos e invisibles a la vez
Fijaros también en la piedra que hay en la parte inferior derecha de la siguiente foto. Cuando la vi por primera vez pensé que podría ser un fósil, con sus cazoletas tan grandes y tan próximas entre sí dibujando algo parecido a una espina dorsal.
Alguien se afanó mucho para hacer quince cazoletas en la dura cuarcita. Además, se nota que es un resto de una piedra mucho mayor, ya que algunos bordes están pulidos y con cazoletas y otros presentan roturas evidentes.
Por cierto, tiene algún parecido con otra piedra que está expuesta en el museo de León. Onnega puso una foto de ella hace tiempo en el comentario nº 305 del foro de Celtiberia
Por cierto, tiene algún parecido con otra piedra que está expuesta en el museo de León. Onnega puso una foto de ella hace tiempo en el comentario nº 305 del foro de Celtiberia
Saludos a todos