miércoles, 28 de enero de 2009

LA PEÑA FURADA

Pronto se cumplirá un año del redescubrimiento por parte de la asociación cultural astorgana Carrubueis de unos grabados rupestres en un pequeño afloramiento de cuarcita.
Este hecho ha permitido que los petroglifos disfruten de una nueva oportunidad, quizá la última.



Las fotos son de un día lluvioso y la luz no era la apropiada, pero veréis fotos mejores en el blog "Tesoros de la maragatería". Felicidades para Álex, David, Álvaro y todos los demás.
Como suele suceder en estos casos, pensamos que ya está todo solucionado. Que los petroglifos por fin van a ser protegidos y rescatados del cruel abandono en el que se encontraban... Pero yo no estaría tan seguro.
La siguiente foto es de un artículo publicado en El FaroAstorgano el 18 de septiembre de 1992.
Lo firma FERRUELO, una persona a la que estoy deseando conocer para agradecerle su dedicación por los temas de Maragatería. Un espejo en el que mirarse en una época en la que la telebasura es abundante y gratuita, mientras que los canales de Historia son escasos y de pago.

EL FARO,Viernes 18 de Septiembre/ 1992 Tribuna

MARAGATERÍA. "LA PEÑA FURADA" DE TURIENZO

Creo haber dicho ya en alguna ocasión -y aprovecho ésta para repetirlo- que en materia arqueológica es muy poco lo hecho hasta la fecha en Maragatería. En este campo, el estudio de los topónimos es fundamental pues son como las tapas de un libro con el título impreso en ellas, sólo esperando a que llegue el curioso y lo abra para estudiar su contenido.

Manejando la documentación antigua, es muy fácil encontrar en nuestra tierra topónimos como "la Escrita" o "Peña Escrita", que pueden tener varios significados, aunque generalmente suelen ser una lápida; sin embargo, en esta ocasión, no fue ésa la vía como llegó a nosotros sino directamente por las manifestaciones de un pastor, sabedor de nuestro interés por el ayer maragato. Huelga decir que la inspección ocular fue inmediata al conocimiento de su existencia, y creo que de ésto hace unos quince años.
El Petroglifo en cuestión se encuentra en el Urceo de Turienzo de los Caballeros, frente al Monte Santiago de Andiñuela, dominando el ángulo recto que aquí hace el río y, relativamente próximo al camino que va de Turienzo a esa población.
Entre los topónimos cercanos -algunos en desuso hoy en día- se encuentran:

- La Carrera Berciana - Santa Marina.
- Villalousada - Andiñuela.
- Molinquemao - Andiñuela/Turienzo.
- La Bajaca - Turienzo.
- El Monte Santiago - Andiñuela.
- Pilloteiro - Turienzo.
- El Centro de los Castillos - Turienzo, y
- El Reguero de Valdelogro -antes Valdelouro- Turienzo.

Como puede apreciarse en la fotografía y en el dibujo -piedra central- se trata de tres grandes piedras, con pozas y cazoletas talladas, y con canales que las comunican entre sí.
La poza mayor está tallada en la piedra de la izquierda, con unas dimensiones de 40 por 10 cm., y una profundidad máxima de 6,5 cm. La piedra central es la que mayor número de cazoletas presenta, de unas dimensiones más reducidas, que oscilan entre los 5 y los 12 cm. La piedra de la derecha presenta, junto a dos pozas y varias cazoletas, cinco cruces, todas con basa, que nos harían recordar esquemáticamente a la Cruz de Ferro (¡gran ocasión para los imaginativos!), la mayor de ellas con una altura total de 22 cm., 12 en la base, y 14 en los brazos.
Me reconozco lego en esta materia, y por tanto me resisto a emitir opinión alguna, y eso que podría hacer algún comentario bastante jugoso, pero me atengo a la palabra dada a un buen y respetado amigo, sobre mantenerme tranquilo y lejos de la polémica, conformándome simplemente con dar a la luz esta -creo- novedad.
Quizá la publicación de este dato sirva como recordatorio de casos similares en otros puntos de Maragatería, y lo importante sería el anunciarlos a fin de poderlos catalogar y que no se pierdan para siempre.
No me cansaré de repetirlo, estamos quemando las últimas etapas, y si no queremos que Maragatería quede como un cúmulo de tópicos, mejor será que no dejemos pasar ninguna oportunidad, ni de lo referido a épocas más reciente, ni de las que, como en este caso parecer ser, se retrotraen a tiempos pretéritos.

FERRUELO

La vigencia de este artículo es demoledora, como el castigo que han sufrido los petroglifos después de 17 años de su publicación.
Abandonados a su suerte, han permanecido olvidados durante dos décadas en las que han soportado agresiones de personas que han grabado nombres en la roca y (sospecho) que han añadido una cruz.
Por si fuera poco, una máquina forestal abrió un cortafuegos tan cercano a los grabados que seccionó parte de la roca. Seguramente no sabían la importancia de la roca y es un milagro que no la arrasaran totalmente.
Ahora, podemos echarle la culpa a los políticos ( que dicho sea de paso, la tienen casi toda). También, podemos releer el texto que he resaltado en negrita y preguntarnos que debimos hacer hace 17 años cuando Ferruelo nos lo puso tan claro, ponerlo en practica y dejar de quejarnos tanto.

martes, 20 de enero de 2009

UN AÑO DE PETROGLIFOS

El 20 de enero de 2008 fue un día que no olvidaré. Aquél domingo de invierno amaneció soleado, y decidí acercarme a Campo de Muga, un paraje situado entre Santa Colomba y Lucillo, desde donde se puede divisar un hermoso paisaje.
A los pocos minutos de llegar, aparecieron tres coches con sendos remolques cargados con más de 30 perros que, una vez liberados, convirtieron mi pequeño paraíso en un caos de sabuesos ladrando excitados por la inminente montería de jabalíes.
Calculé que los perreros tardarían un buen rato en organizar las rehalas antes de avanzar como jauría hacia el valle, donde los cazadores apostados en sus puestos, esperaban a los cochinos.
Decidí por seguridad alejarme de allí un rato y me fui a Peñafadiel, otro paraje que había visitado repetidas veces, buscando la explicación a unas marcas visibles desde las imágenes de satélite. En todas esas visitas no conseguí ningún resultado, y ya lo había dejado por imposible, pero la zona estaba cerca, y era la mejor opción para matar el tiempo mientras los perros se alejaban.
No sé porqué aquél día bajé ladera abajo tantos metros. Mientras caminaba pensaba que me estaba alejando mucho, que las marcas tenían que haber quedado ya atrás, y que debía dar la vuelta. Unos metros más adelante decidí regresar, y en el mismo momento de girarme... el subidón.
El resto ya lo conocéis (sino es así, pulsad PETROGLIFOS EN MARAGATERIA en los artículos mas visitados )
Ahora, que se cumple un año de ese día, tengo que reconocer que todo ha pasado muy deprisa, y que aunque todavía debamos esperar a los resultados de los estudios encargados a D. Bernaldo de Quirós por la JCyL, los plazos han sido razonablemente cortos para lo que suelen ser en estas cuestiones.
Para celebrarlo os pongo dos fotografías de Amando Casado, un gran fotógrafo, y un buen amigo. Es un lujo, que un profesional como él se sume a la causa.




Por último, un artículo de Eloísa Otero, que ha salido publicado en El Mundo de León y El Mundo de Castilla y León. En él se han juntado varios factores:
Por un lado, unos restos arqueológicos que cautivan por su misterio, por otro lado, unas fotografías espectaculares de Amando Casado, y por último, un texto al que se le nota el cariño que puso Eloísa al escribirlo.
Os recomiendo el artículo completo que aparece en su blog Isla Kokotero, con todas las fotos.

domingo, 4 de enero de 2009

EL SOLSTICIO DE INVIERNO

Desde la prehistoria, el hombre ha construido muchos de sus templos y monumentos funerarios orientados a los solsticios y equinoccios.
Muchos dolmenes tienen orientada su galería de entrada hacia los primeros rayos del sol naciente. Incluso algunas orientaciones solo permiten entrar la luz del sol saliente el día del solsticio de invierno. La cámara al final de la galería sólo era iluminada ese día y durante los escasos minutos que dura el amanecer.
Encontramos ejemplos parecidos en los templos egipcios y mayas, por citar dos ejemplos de culturas tan alejadas en el espacio- tiempo.
Desconozco si la ubicación de los petroglifos de Peñafadiel ( como llaman a la Peñona el Filiel ) tiene que ver con estas cuestiones, pero hay unas consideraciones que me gustaría destacar:
- La zona en cuestión resulta ser un excelente lugar para la observación del recorrido aparente del sol a lo largo del año, pues los picos de los Montes de León, sirven como referencias fácilmente recordables.



- Se da la casualidad que tanto en los solsticios de verano y de invierno el sol se pone justo encima de dos picos emblemáticos (el Becerril y el Teleno)


En la foto superior, el sol se pone en la cumbre del Teleno en el solsticio de invierno. En la inferior, el Pico Becerril marca el comienzo del verano


- Las rocas de los petroglifos marcan el punto central de un ángulo aproximado de 90º con respecto a las dos cumbres.
- Cualquier observador prehistórico, pudo comprobar que el recorrido del sol era “detenido” por estos picos y “obligado” a retroceder.
También y aún sin comprender por qué, observó que cuando el sol alcanzaba el Teleno y retrocedía, los días dejaban de acortarse y empezaban a ganar terreno a la noche. Solo tendría que esperar a que en el solsticio de verano, el sol en lo alto del Becerril le indicase el fenómeno contrario, preparándose para recolectar la cosecha…


En la foto superior, el Teleno sobre las luces de Filiel. En la inferior, el Pico Becerril sobre las luces de Chana y Busnadiego