lunes, 29 de marzo de 2010

ASTORGA 1810. EL SITIO

EL SITIO

Día 1 de abril:
Continuamos con el relato del Coronel Santocildes:
"Por parte de los sitiadores no hubo nada de particular, pero por la nuestra se demolieron varias casas del arrabal de Rectivia. Por la noche, y con fuerzas muy superiores se apoderaron del convento de Santo Domingo y la Fuente-encalada, única fuente de que se abastecía la ciudad, cuyos vecinos y guarnición se surtieron en lo sucesivo de los pozos potables aunque salobres"

Fuente-encalada

Día 2:
Para evitar que el enemigo se apodere también del convento de Santa Clara, la guardia que lo custodia lo incendia y se repliega a la ciudad. Las llamas duran varios días.

Día 3:
Regresan a la ciudad tres soldados "que con mucho riesgo habían salido disfrazados por la noche, con el fin de indagar las fuerzas de los sitiadores y de las nuestras en el Bierzo" y comunican a Santocildes que "16.000 enemigos de todas la armas rodean Astorga, pero que hay muchos más en la ribera del Orbigo, Bañeza Benavente, León, y los puertos de Manzanal y Foncebadón"

Días 4, 5, 6, 7 y 8:
Las tropas francesas emplazan baterías de cañón en Fuente-encalada y en Puertarrey. Atacan el arrabal de San Andrés, llegando a escasos 30 metros de la muralla. Los astorganos hacen una salida para hacer retroceder a los ocupantes e incendian las casas del barrio para que no puedan ser refugio del enemigo. Es de suponer la pena de los habitantes al contemplar desde la muralla sus casas ardiendo.


Días 8, 9, 10, 11, 12, 13:
Los sitiadores continúan construyendo trincheras y otras defensas, avanzando ya con mucha dificultad mientras esperan la llegada de más piezas de artillería que consideran imprescindibles para derribar la muralla.
Llegan noticias al general Junot de que se está formando en Villafranca del Bierzo una fuerza de 12.000 hombres para acudir en socorro de la ciudad. Inmediatamente moviliza el grueso de su 8º ejercito y las tropas de artillería que están en Valladolid y los hace partir a marchas forzadas hacia una Astorga que en ese momento aglutina los esfuerzos del enemigo, ganando un tiempo precioso para que los españoles, ingleses y portugueses se reorganicen tras las últimas derrotas.


Días 14, 15 y 16,17 ,18 y 19:
Todo está preparado en espera del Duque de Abrantes, el general Junot, que se presenta por fin el día 17 con el resto de sus tropas, seguido por su jefe de artillería el general Foucher con tres compañías de artilleros y un largo convoy de 110 furgones y varios carros del país. Junot se deja ver recorriendo las posiciones con una escolta de sesenta jinetes y se retira al anochecer a Castrillos de los Polvazares, donde establece su cuartel general.
El coronel Santocildes no vio físicamente los cañones que acababan de llegar, pues iban tapados con toldos, pero por los movimientos del enemigo supo que intentarían hacer una brecha justo detrás de la catedral ( ésta es la auténtica brecha, aunque los astorganos llamamos "la brecha" a otro corte de la muralla situado al Este). Reforzó las defensas cercanas a la catedral, pues aunque los franceses habían jugado al despiste, ahora ya sabía por donde empezarían el ataque. La noche del 19 los espías que salieron de la ciudad informaron que el enemigo asentaba los últimos cañones y repartía la munición necesaria.
El ataque era inminente



Día 20
"Al romper el día principió el fuego de cañón de los sitiadores, que hacían con cuatro de a veinticuatro, uno de a dieciséis, dos de a doce, y dos obuses desde la batería de la brecha, y con otros seis obuses y cuatro cañones de a doce desde las demás de la circunferencia del recinto. Fue tan continuado el fuego desde las cinco de la mañana hasta el mediodía, que no era posible calcularlo. (...) Apenas principiaron el fuego las baterías enemigas, jugó sobre ellas el de la artillería de la ciudad, aunque muy lento, por concluirse ya las municiones y así fue preciso recoger las balas de cañón de los sitiadores, que correspondían a nuestros calibres para volver a arrojárselas. La guarnición y el vecindario se comportan con serenidad sin dar señal de abatimiento."

Matías Rodríguez en su Historia de Astorga, anota al pie de página en este episodio: "El horroroso cañoneo de este día se oyó distintamente desde León(a 47 kms), saliendo muchas gentes de aquella ciudad a escucharle desde la pradera llamada Del Calvario"


Día 21 (un día muy largo)
"Al rayar el día volvió a avivarse el fuego de artillería de los sitiadores(...) Algunas granadas incendiaron la catedral, sin haber sido posible contener las llamas hasta haber abrasado su hermosa sacristía y otras oficinas del mismo edificio; e igualmente por efecto de aquellas ardieron varias casas del arrabal de Rectivía y casas de las calles de Santa Marta y Sancti Spiritus. "
El ataque castigó duramente las murallas milenarias, y originó una brecha de 25 metros de largo.

Brecha de la muralla, donde se aprecian las distintas fases de su construcción

A las once de la mañana Junot libera un prisionero con un mensaje para Santocildes: "un cabo segundo con una bandera blanca, este dijo que había sido hecho prisionero cuatro días antes en Foncebadón y que lo mandaba el Duque de Abrantes, General en jefe de las fuerzas sitiadoras para que le dijera al Gobernador que frente a él tenía a 30.000 hombres y brecha abierta, que era una temeridad resistirse mas tiempo, singularmente cuando a su poder no había podido hacerlo Zaragoza; y así mismo que habiendo sido batidas en todas las direcciones las pocas tropas que podían auxiliar a la ciudad, no debía confiar en recibir socorros: por todo lo cual, si no la rendía en el término de dos horas, la asaltaría, pasando a cuchillo, sin excepción de sexo o edad a cuantos encerraban sus muros."


El coronel Santocildes no se dejó intimidar y mandó al cabo español que volviera al campo enemigo y respondiese a Junot que "de parte del Gobernador, la guarnición esperaba resuelta el asalto".
Como el cabo rehusó volver al lado enemigo, se consultó si algún prisionero francés quería hacerlo, y ante la negativa de todos, Santocildes ordena a un cabo de la guarnición que se adelante a las primeras trincheras francesas y comunique el mensaje a viva voz. Este cabo creyendo que no le iban a entender, resolvió saltar la trinchera y fue llevado en presencia de Junot, que una vez conocida la negativa de Santocildes, enseñó al cabo las tropas francesas en las trincheras y le mandó regresar a la ciudad, dando un plazo hasta las dos de la tarde.
La respuesta del Gobernador no dura mucho y es más que contundente, pues ordena un disparo de cañón que cerca estuvo de matar al Duque de Abrantes. Las crónicas francesas dirían que "al cuarto de hora de ausentarse el parlamentario, por toda respuesta los españoles dirigieron un cañonazo perfectamente apuntado al lugar de la trinchera donde el parlamentario había sido recibido por Junot rodeado por su Estado Mayor y donde pensaban que aún estaría"
El disparo pasó tan cerca de su cabeza que el aire de la bala le voló el sombrero.

El ASALTO FINAL

A las dos y media del mismo día 21, dos mil soldados inician un ataque de distracción por el arrabal de Rectivía para desplazar allí al mayor número de tropas maragatas y despejar en lo posible los 25 metros de la brecha junto a la catedral. Tras varias horas de combate los franceses son obligados a retirarse.
Acabado este ataque, mil hombres pertenecientes a las compañías de élite del batallón irlandés y del 67º de línea se abalanzan sobre la brecha en medio de un intenso fuego cruzado. Las bajas francesas son muy elevadas y los pocos afortunados que consiguen ascender por los escombros y coronar la muralla, se encuentran que están a seis metros de altura sobre las calles de la ciudad, quedando allí arriba expuestos al fuego de los defensores.
Los atacantes construyeron en lo alto de la brecha un pequeño parapeto con sus mochilas y los cadáveres de sus compañeros, y se refugiaron hasta caer la noche. Desde las trincheras se temían que los astorganos disparasen a estos desde las torres y ventanas de la catedral, por lo que estuvieron disparando toda la noche sobre ella: " el silbido constante y el choque de las balas en la noche contra este edificio gigantesco y sonoro contribuía a desmoralizar al enemigo" ( Memorias del coronel Delagrave. Arsenio García F.)


José María de Santocildes escribió en su diario: "Muertos una gran parte de los mil primeros hombres, continuaron saliendo del propio paraje, pero como lo hacían a pecho descubierto eran muy pocos los que lograban situarse en la brecha, por ser antes muertos o heridos de nuestro terrible fuego de metralla y fusil. Algunos pocos que lograron introducirse en una casa cerca de la catedral fueron muertos a bayonetazos (...) Es fácil inferir cuan grande sería la pérdida de los sitiadores , tanto por su desventaja, como por haber durado cuatro horas un combate tan riguroso y en que no puede negársele el denuedo y el valor con el que atacaban."
Al caer la noche y hacer balance, las situación de Astorga es desesperada, pues aunque han repelido los ataques, no tienen apenas munición ( veinte disparos de cañón, una granada y 30 disparos para cada fusil). No queda más opción que luchar cuerpo a cuerpo.

El gobernador cree que la ciudad y su guarnición han hecho todo lo posible y que " jamás podía haber el menor motivo para dudar que se había defendido la plaza hasta el extremo", por lo que para evitar muertes inútiles y saqueos a la ciudad se decide a capitular.



"Al rayar el alba, cuando ya estaban los sitiadores en las trincheras, se enarboló bandera blanca, y salió por el arrabal de Rectivia el Teniente Coronel Guerrero. A las dos horas regresó trayendo por escrito la capitulación".


Bibliografía utilizada:

En la weeb del Inst. Leonés de cultura se puede descargar el
Resumen histórico de los ataques, sitio y rendición de Astorga


El libro " Los desastres de la guerra" de D. José María Sanchez de Toca. Un completísimo trabajo sobre Astorga en la guerra de la independencia

Artículos y trabajos de ARSENIO GARCIA FUERTES, historiador astorgano que ha estudiado con pasión la guerra hispano-francesa, convirtiéndose en uno de los mayores especialistas

Historia de la ciudad de Astorga ( Matías Rodriguez)

jueves, 25 de marzo de 2010

ASTORGA 1810. EL ASEDIO

En el artículo anterior hice referencia a los hechos acontecidos en Astorga desde el primer día de Enero de 1809 (entrada de Napoleón en la ciudad) hasta el 21 de marzo de 1810, fecha en la que comenzó el primer sitio de las tropas napoleónicas.
El coronel Santocildes era el gobernador militar de la ciudad y escribió un diario anotando lo sucedido cada día. Este diario constituye una versión de los hechos desde la perspectiva española y junto con los trabajos de historiadores como Arsenio Fuertes y José María Sanchez de Toca (que han estudiado también documentos franceses) nos ayudarán a comprender mucho mejor lo sucedido.

El asedio

Día 21 de marzo:
Se presentan en la vega de la ciudad 2000 enemigos a caballo. Se mantienen fuera de tiro de cañón
Día 22:
A estas tropas se le unen otros 4000 hombres, ocupando los pueblos cercanos de San Justo y San Román.


Día 23:
Al amanecer, los vigías situados desde la catedral comprueban que los franceses han situado un obús y un cañón a la entrada de S. Justo, controlando el puente sobre el río Tuerto en el camino que va a León. También han dispuesto tropas en las salidas al Bierzo y Galicia ( y aunque no las pueden ver, también hay tropas en Benavente, La Bañeza, Foncebadón...), cortando el acceso a cualquier intento de socorrer la ciudad.
El Estado Mayor francés hace un reconocimiento y se acerca al arrabal de Rectivía. Santocildes ordena una salida de tropas apoyada por fuego de cañón que los hace huir de inmediato. El entusiasmo es general.



Días 24 , 25 y 26:
Los francés perfeccionan sus primeras trincheras y efectúan nuevos reconocimientos provocando la salida de tropas maragatas. Las escaramuzas cada vez se prolongan más y cuesta contener a un enemigo muy superior, que intenta apoderarse de los molinos de agua del arrabal de S. Andrés, de donde salía la harina necesaria para el pan. Al no conseguirlo, los franceses desvían las molderas aguas arriba, inutilizando todos los molinos. (Santocildes ya había previsto este tema tiempo atrás, y muy oportunamente había mandado construir molinos de mano y tahonas dentro de la ciudad).

Días 27 , 28 y 29:
El mando francés emplaza nuevas piezas de artillería apuntando a la ciudad y se refuerzan las tropas que controlan los caminos de acceso. También se comienzan a construir cuatro campamentos para albergar a los soldados que están de camino.


Día 30 .
El plan francés era rodear la plaza desplegando las tropas hasta hacer retroceder a los defensores de los arrabales al interior del recinto amurallado. Después, emplear su artillería y demostrar su superioridad emplazando la infantería y la caballería en los accesos a la ciudad, desmoralizando a los defensores que muchas veces se rendían sin condiciones antes de disparar un solo tiro.
Lo ocurrido el día 30 de marzo daría idea al mando francés que aquella vez no sería otro paseo militar.
El enemigo se atrincheró en una zona elevada y muy ventajosa a escasos cien metros de la ciudad, por lo que Santocildes ordenó la salida inmediata de 300 hombres con la orden de expulsarlos y destruir la trincheras. Los defensores salieron a la carrera despreciando el fuego enemigo y sin disparar un solo tiro saltaron a las trincheras a bayoneta calada sorprendiendo a los zapadores franceses que abandonaron mochilas, armas y herramientas.
Con los picos y palas abandonados y con las que llevaban algunos paisanos que salieron con los militares, destruyeron los astorganos en pocos minutos las trincheras recién excavadas . Las tropas francesas reaccionaron adelantando 10.000 infantes y 2000 jinetes ( dato revelador sobre la desigualdad de fuerzas) y los astorganos se replegaron apoyados por la artillería de la muralla. Los vigías desde la catedral contaron 200 bajas francesas, mientras que por parte maragata se confiesan cuatro heridos, uno de ellos grave.


Día 31:
A media noche regresaron los zapadores franceses escoltados por mucha caballería, reconstruyeron lo destruido y emplazaron otra batería mas cerca todavía. Los defensores están siendo obligados a refugiarse dentro de las murallas, tal y como había planeado el general Junot.
En la ciudad empieza a escasear el pan, pero nadie protesta.

El asedio está prácticamente finalizado y pronto comenzaría el sitio ( el ataque directo a la ciudad y sus murallas), pero ese será el tema del próximo post.

Si alguien quiere leer más sobre el tema, puede descargar un excelente trabajo de Arsenio García sobre los hechos vistos desde el punto de vista francés:
Crónicas de la Independencia: Las Memorias del Coronel Francés André Delagrave, Ayuda de Campo del General Junot, Duque de Abrantes, durante el Asedio de Astorga, Abril de 1810


Bibliografía utilizada:

En la weeb del Inst. Leonés de cultura se puede descargar el
Resumen histórico de los ataques, sitio y rendición de Astorga


El libro " Los desastres de la guerra" de D. José María Sanchez de Toca. Un completísimo trabajo sobre Astorga en la guerra de la independencia

Artículos y trabajos de ARSENIO GARCIA FUERTES, historiador astorgano que ha estudiado con pasión la guerra hispano-francesa, convirtiéndose en uno de los mayores especialistas

Historia de la ciudad de Astorga ( Matías Rodriguez)



domingo, 21 de marzo de 2010

ASTORGA EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Se cumple en estos días el 200 aniversario del primer asedio de Astorga por parte de los franceses, y aunque en este blog casi siempre el protagonista es el arte rupestre, no quiero dejar pasar la oportunidad de rendir homenaje a las personas que defendieron la ciudad en unos momentos tan difíciles contra el peor adversario posible: el mejor y mas experimentado ejercito del mundo en esa época.
Para conocer el contexto en que nos vamos a mover debemos saber que un año antes, el 1 de enero de 1809 Napoleón entró en Astorga pisando los talones al ejercito en retirada del general inglés Moore, que había abandonado la ciudad horas antes desestimando la propuesta del Marqués de la Romana al mando del "ejercito español de la izquierda" de aunar esfuerzos y plantar cara al Emperador acantonándose en una bien aprovisionada Astorga.
En vez de eso escapó a toda prisa hacia La Coruña, abandonando incluso a más de mil mujeres y niños de sus propios soldados, obligando a las tropas españolas a situarse en retaguardia para frenar la avanzadilla francesa y ofreciendo en bandeja una ciudad llena de víveres al enemigo.
Se produjo a las puertas de Astorga una batalla desigual (solo para ganar tiempo) y para cuando llegó Napoleón con sus 40.000 soldados, en Astorga solo quedaban 70 personas.
Durante los 15 interminables días siguientes el saqueo de la ciudad fue continuo.



Siete meses mas tarde, los soldados franceses que regresaban de Galicia entraron otra vez en Astorga sometiéndola "por segunda vez al mas horrible saqueo de las casas y templos, violencia y torpezas horrorosas y los mas atroces asesinatos de modo que la calamidad llevada hasta el último término del sufrimiento llegó a ser el estado habitual " ( Santocildes).
Aquellos soldados que presumían de la Ilustración quemaron el archivo y la biblioteca episcopal, destruyendo 1600 pergaminos originales de los siglos XII y XIII, multidud de documentos reales, testamentos etc. Por fin, el 26 de de julio de 1809 los franceses abandonan Astorga, pero no tardarán en volver.
Poco tiempo después es nombrado gobernador militar de Astorga el coronel José María de Santocildes, que comienza a reparar de nuevo la ciudad, acumulando los escasos víveres que había, fortificando las defensas y limpiando los pozos de agua en previsión de nuevos ataques. Los astorganos colaboran con entusiasmo.

El 9 de octubre de 1809 se presentan en la ciudad 3000 soldados franceses al mando del general Carrier. El ataque es al amanecer y coge por sorpresa a los vigilantes de los arrabales. Los soldados franceses llegan hasta la base de la muralla donde son repelidos por abundante fuego desde lo alto de la cerca. Poco después consiguen derribar a cañonazos la Puerta Obispo, pero son nuevamente rechazados con la consiguiente algarabía de los defensores, que de forma temeraria se ponen de pié encima de la muralla y exponiéndose al tiro enemigo hacen burlas, saltos y zapatetas.
Tras cuatro horas de duro combate las tropas francesas se retiran dejando 400 bajas a los pies de la muralla. Los astorganos confiesan tres muertos y seis heridos.


Los siguientes meses fueron dedicados a completar víveres y munición y en construir atalayas encima de la muralla, pues Santocildes sabía que era cuestión de tiempo que volvieran los franceses, como así sucedió el 11 de febrero de 1810.
Ese día el general Loison se presentó a las puertas de la ciudad con 10.000 hombres, a los que desplegó situándolos a la vista de los defensores, pero fuera del alcance de los cañones maragatos. La idea era intimidar a la ciudad y una vez que acabó el despliegue hizo llegar a Santocildes una carta de rendición, explicando que " casi todos los españoles se han puesto bajo la clemencia del Rey José Bonaparte, quien ha entrado en Sevilla en medio de aclamaciones" al mismo tiempo que ofrecía clemencia a la ciudad si esta se rendía.



La contestación de Santocildes fue que " no es tiempo de entrar en negociaciones" y que se eviten en el futuro nuevas proposiciones de ese tipo, pues tanto él como toda la ciudad han jurado defenderse hasta el último aliento.
El farol no le salió bien a Loison (en realidad no disponía de la artillería necesaria para atacar las murallas), y se retiró a La Bañeza " no sin que las guerrillas fuesen dos leguas picando la retaguardia causándoles algunos muertos, heridos y prisioneros" ( Santocildes).
Los siguientes días fueron una mezcla de sensaciones, pues si bien los ánimos estaban altos por haber rechazado al enemigo, se supo la noticia que el general Junot ( Duque de Abrantes) "venía con 14.000 hombres sobre Astorga".
El pretencioso general Junot adelantó otra carta de rendición dirigida a Santocildes que este rechazó sin abrir pues " sería faltar a lo manifestado al general Loison si ahora yo aceptase otro parlamentario". El gobernador militar de Astorga sabía que esto no iba a sentar bien al Duque de Abrantes y escribió a sus superiores: " veremos el soberbio Junot que partido tomará... y si se arredará al ver a estos cuatro pelados metidos en un corral que se le mantienen tiesos. Me conformaré con mi suerte cualquiera que sea con tal de hacerles un buen destrozo".
La realidad fue que la toma de Astorga era una exigencia directa del Emperador y que distintas tropas francesas tomaban posiciones en Benavente, León, La Bañeza, y los puertos que comunicaban con Galicia (Foncebadon y Manzanal) para evitar que cuando el cerco se cerrase sobre Astorga nadie la pudiera socorrer. Santocildes se veía acorralado y tenía la certeza que debería resistir sin ayuda exterior, con una fuerzas muy inferiores, contra un ejercito experimentado y con una reputación tal que había conquistado ciudades muy superiores a la de Astorga, y en algunos casos sin disparar un solo tiro.
A finales de marzo el Coronel Santocildes escribió en su diario " A las tres de la tarde del día 21 de marzo, se presentaron en la ciudad 2000 enemigos, la mayor parte de caballería, que se establecieron en la vega fuera del tiro de cañón, donde subsistieron toda la noche". Al día siguiente llegarían otros 4000 soldados...
El asedio y posterior sitio de Astorga había comenzado y lo que allí aconteció sera un tema que trataremos en las siguientes entradas.

Enlaces de interés, de donde he sacado la mayoría de la información:
En la weeb del Inst. Leonés de cultura se puede descargar el
Resumen histórico de los ataques, sitio y rendición de Astorga
Jose María de Santocildes

Artículos de ARSENIO GARCIA FUERTES, historiador astorgano que ha estudiado con pasión la guerra hispano-francesa, convirtiendose en uno de los mayores especialistas.

El libro " Los desastres de la guerra" de D. José María Sanchez de Toca. Un completísimo trabajo sobre Astorga en la guerra de la independencia