martes, 9 de octubre de 2012

EL PICO SANGUIÑAL. (LAS CRIATURAS)


La mayoría de las personas que hemos subido al Pico Sanguiñal lo hemos hecho para visitar la "Cascada de  la Agualta", de la que me ocuparé en el siguiente post. En este voy a cumplir mi promesa de presentaros la las criaturas que se esconden en las rocas. Ya os aviso que le tendréis que poner un poco de imaginación, pero no es nada difícil.
Para empezar, os pondré la foto de la única roca del pico Sanguiñal que tiene un nombre asociado a su parecido con una figura humana : la peña de la Mora (está en el camino que va de la cumbre a la cascada). No es que tenga un parecido muy logrado pero es lo que hay. Algo verían en ella nuestros antepasados para ponerle ese nombre. En la siguiente foto a la derecha, ligeramente acostada sobre una almohada de rocas




Aunque un poco más de nariz mejoraría su perfil, es evidente el parecido con una cabeza humana y me pregunto si el hombre prehistórico advirtió este parecido cuando pasó por aquí.
 Y a comenté en el post anterior que los riscos y farallones de cuarcita  se elevan coronando las crestas y desafiando al paso del tiempo. Las heridas de la erosión, los caprichos naturales de la propia roca y las sombras provocan parecidos razonables que muchas personas saben apreciar. Hace años que alguien pintó algunas rocas para resaltar el parecido y transmitir a los demás lo que él veía. Un simple círculo a modo de ojo convierte a una roca en un "ser" antropomorfo.





Yo me propuse encontrar mis criaturas, o al menos las que mi imaginación pudiera localizar. Y me pasó lo mismo que con las cazoletas : sólo hay que ir a su encuentro para que ellas se muestren. 
Los afloramientos de los que os hablé pueden parecer simples peñones mas o menos impresionantes al ojo profano, pero si uno deja surgir un poco de fantasía y creatividad se dará cuenta que en realidad son los cuerpos petrificados de gigantescos animales que un día quedaron atrapados en la magia de la rocas. Apenas unos trazos blancos en los ojos y dientes bastarán para que los podáis ver vosotros también. 
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Y así, usando la imaginación las "criaturas" se aparecen al caminante. Seres bicéfalos, monstruos grotescos con muecas exageradas, vigías del inframundo, viajeros hechizados por conjuros milenarios...
 Llama la atención la ausencia de rostros amables, pero quizá estas rocas anguladas no son el mejor sitio para localizar "seres" relajados y bonachones.





Veis los de la última foto? Yo veo al menos tres, y no están muy contentos precisamente. Aunque por otro lado estar atrapado eternamente en una roca es lo que tiene, que te embrutece un poco...


Os dejo la última foto. Esta no tiene ninguna marca en blanco para destacar nada (ni por supuesto cualquier otro retoque). Quise hacer simplemente una fotografía del helicóptero que trabajó en el pasado incendio que asoló estas tierras, y no me di cuenta que dos criaturas surgían de las rocas a mi lado. Sólo cuando llegué a casa pude ver que estuvieron junto a mí, "hablando" tranquilamente sin que yo sospechara siquiera de su presencia. Es curioso que todo lo que pude localizar con mi imaginación fueron seres grotescos y atormentados, y que estos dos "que han salido solos" sean tan realistas y calmados.    




¿Los veis vosotros también?
 ¿Pido una cita para el psiquiatra?  

domingo, 7 de octubre de 2012

El PICO SANGUIÑAL (LOS COLOSOS)


Ya hemos dicho muchas veces que en estas tierras el monte Teleno lo preside todo, y la imponente cima que corona los montes de León se divisa desde muchos lugares incluso en algunos alejados más de 50 Km.
Quizá sea esa la razón por la cual las demás cimas y montañas han quedado un poco olvidadas en este blog. El Pico Sanguñal es uno de ellos y hoy vamos a dedicarle unas cuantas fotos como desagravio.
Se da la coincidencia de que uno de los laberintos de los petroglifos de Peñafadiel parece estar orientado a su cima (digo coincidencia porque no sabemos si estas rocas están en la posición original o han sido movidas posteriormente). Tampoco sería nada extraño que estuviesen relacionados la figura y este pico de 1722 Mts de altura, pues como veremos nadie que lo haya visitado queda indiferente.  



La ascensión va proporcionando sensaciones dispares. Las monótonas pendientes alomadas por los hielos cuaternarios (y anteriores) van convirtiéndose en terreno cada vez más escarpado, y los riscos de las cuarcitas armoricanas empiezan a adueñarse del paisaje.  Las nubes siempre cambiantes parecen transmitir la energía de las rocas, otras dibujan un "Peine de los Vientos" sobre las caprichosas formas.






Los riscos pronto se convierten en imponentes farallones, que se alzan sobre el horizonte como si fueran ruinas de ciudades encantadas, con pasadizos secretos y vigías petrificados por algún conjuro milenario.







El visitante toma conciencia de que es un intruso un ese mundo mágico, y se aproxima con precaución. Cuando se marcha, lo hace como flotando, con cuidado de no despertar a nadie.



Os pareceré demasiado precavido, pero eso es porque no conocéis a las criaturas petrificadas. Pronto las veréis en el próximo post de este blog.
Quedáis avisados...