domingo, 23 de noviembre de 2014

LOS PETROGLIFOS LEONESES DE ANCARES



En esta entrada os anuncio nuevos descubrimiento de petroglifos prehistóricos en el noroeste de la provincia de León, concretamente en la zona leonesa de  Ancares, y ha sido otra vez un aficionado el protagonista de los descubrimientos, como viene siendo habitual desde que se descubrieron las primeras manifestaciones de este tipo. 
José Anglés Correa es un vecino de Fabero y gran aficionado a la montaña, que además de caminar admirando el paisaje y la fauna de la Sierra de Los Ancares procura fijarse también en esas cosas pequeñas que muchos no se paran a ver, como las huellas dejadas el el barro por el lobo o el oso, el águila que planea silenciosa o las luces lejanas de mundos perdidos que a veces se intuyen en los petroglifos de muchas rocas.
Gracias a esta forma de ver lo que le rodea, José Anglés ha localizado siete estaciones rupestres con petroglifos. Los paneles se encuentran diseminados por los valles que se forman en las distintas laderas del Pico Cuiña y tienen distintas localidades cercanas como Burbia o Suarbol. Están integrados en un paisaje de alta montaña y rodeados de fauna salvaje ( Ancares son Reserva de caza, Espacio Natural y han sido declarados por la UNESCO Reserva de la Biosfera). 

 ANCARES- I
 Está situado relativamente cerca de la localidad de Burbia, en el Valle de Vilouso, cerca de una antigua cabaña de pastores denominada “Refugio del Acebalín”. Los símbolos representados se componen exclusivamente de cazoletas grabadas en una roca de pizarra que aflora al ras de suelo. Aunque el afloramiento se prolonga y se eleva formando el típico risco que predomina en  Ancares y otras zonas montañosas, parece que los petroglifos se circunscriben a las zonas a ras de suelo, por lo que es muy posible que bajo la vegetación haya más grabados escondidos.



Ancares-I  Foto José Anglés

Lo que se puede ver a simple vista es una agrupación de cerca de una veintena de cazoletas, distribuidas sin orden aparente en el panel. Una fisura natural divide en dos la superficie, y a ambos lados se agrupan cazoletas de distintos tamaños. Algunas de las más grandes parecen formar una línea recta, aunque otras colocadas cerca no siguen esa pauta y rompen la supuesta  alineación. En la misma zona hay también otra roca con cazoletas. 
El entorno de esta estación rupestre  -cerca de la cabecera del valle y de la cabaña de pastores- pone en relación a los petroglifos con zonas favorables para la caza y de buenos pastos de verano para el ganado.

ANCARES-II

 El siguiente panel se encuentra situado en un crestón de cuarcita en la cara este del Pico Cuiña y es uno de los más interesantes de los encontrados por José Anglés. Aunque esté compuesto también por cazoletas  y surcos, el estilo de ejecución, así como la forma y distribución de las mismas confiere a estos petroglifos un aspecto distinto al de los otros paneles. pues se agrupan aquí de diversas maneras reconocibles,como las líneas rectas, que junto a otras iguales forman paralelas, además de dos cazoletas ovales. Hay también algunos surcos rodeando varias cazoletas y otros que sin embargo las unen,formando al menos una figura doble y una triple. Esta composición me recuerda a los petroglifos bercianos de "Las Abarrazas" en Santa Marina de Torre.

  


Ancares II Foto José Anglés



Ancares II Foto Miguel A. Gonzalez


La naturaleza esquistosa de la cuarcita en la que están grabados estos petroglifos hace que, si bien la superficie exterior está relativamente conservada,  se suelten muchas lajas y quizá se hayan perdido muchos más grabados de los que ahora podemos ver.
En cuanto al contexto, la situación es parecida a todos los demás, asociándose a valles y recursos ganaderos. Además, su emplazamiento a modo de atalaya y dominando todo el valle de Finolledo, refuerza la impresión de ser un excelente punto de vigilancia para el ganado y la caza mayor, y en el que quizá también se realizasen rituales propiciatorios.

ANCARES III

Este panel se localiza siguiendo una senda que parte de el Puerto de los Ancares en dirección al refugio del Pico Cuiña. Junto a esa senda, José Anglés localizó un curioso panel de cuarcita con unos surcos muy profundos y con más de una docena de cazoletas repartidas en la parte superior o "lomo" de los surcos. Esta composición es única hasta el momento en los Ancares leoneses, pero tiene un paralelo muy similar en los petroglifos maragatos de Peña Martín en Chana de Somoza.






Ancares V


Peña Martín en Chana de Somoza

Si bien la dureza de la cuarcita invita a pensar que los surcos puedan ser geológicamente naturales, no es fácil encontrar procesos erosivos similares en este tipo de roca.  El relieve en fuma de "U" de los surcos, la repetición de los mismos en tan corto espacio y el hecho de que precisamente entre los mismos se encuentren grabadas las cazoletas hace presumir el origen antrópico de los mismos, aunque quizá se pudieron aprovechar algunas fisuras naturales ensanchando y profundizando las mismas.

ANCARES IV

Siguiendo la senda antes mencionada se accede al refugio del Pico Cuiña, una antigua cabaña de pastores reconvertida actualmente en un lugar de descanso y protección de las inclemencias meteorológicas para montañeros y cazadores. A pocos metros de la cabaña se pueden localizar unas cuantas cazoletas repartidas en las cuarcitas que afloran a ras de suelo, unas de tamaño superior al normal y otras mas pequeñas formando líneas rectas y paralelas. 









ANCARES V


Estos petroglifos se sitúan en el paraje denominado “Brañas de Suarbol”, en un entorno rodeado por antiguas cabañas de pastores y corrales para el ganado ya derruidos. En las inmediaciones de los corrales se encuentran varias rocas con cazoletas, en un caso alineadas en línea recta y de buen tamaño, y en otra roca cercana una veintena de cazoletas repartidas por toda la superficie disponible. El entorno es imponente, una braña con excelentes pastos de verano, con la cabaña y los corrales circulares semiderruidos. He marcado digitalmente algunas cazoletas para que se pueda ver su disposición en el panel. 


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                                                        Ancares V. Fotos José Anglés


ANCARES VI

José Anglés localizó más paneles en otro valle que desemboca en el pueblo de Porcarizas, cercanos al paraje denominado “Las Charcas” y del refugio de montaña que está en esa zona cercana al “Pico Tres Obispos”. Se tratan de rocas diseminadas de difícil acceso con cazoletas grabadas. La primera es una superficie horizontal de cuarcita situada en un crestón a modo de atalaya y dominando el valle de Porcarizas con todo su esplendor. Hay más de cincuenta cazoletas de varios tamaños grabadas en este panel



                                             Ancares VI. Foto José Anglés



 ANCARES VII

El otro panel del valle de Porcarizas son unos interesantes afloramientos que contienen cavidades más profundas, con la particularidad de que de algunas cazoletas son ovaladas y están comunicadas por surcos bastante profundos que desaparecen bajo el manto vegetal. Es uno de esos paneles en los que mi impresión es que quizá solo estemos viendo la guinda y que el pastel esté debajo. 






RESUMEN


-Todas estas estaciones rupestres han sido localizadas por José Anglés Correa en sus excursiones por la montaña y suyas son también la mayoría de las fotos de este artículo. 
- Los descubrimientos han sido comunicados al Servicio Territorial de Cultura 
- Estos petroglifos son los primeros documentados en la comarca leonesa de  Ancares, los primeros de una larga lista que sin duda crecerá con el tiempo.
- Los motivos representados se componen casi en exclusiva de cazoletas, que pueden aparecer aisladas, formando parte de agrupaciones o formar algunos alineamientos. En algunos paneles hay también surcos asociados a las cazoletas.
- El contexto nos sitúa en zonas dedicadas a la subsistencia del ganado en épocas estivales en los que la sequía arrasaba la hierba de las llanuras. Son las brañas o pastos de altura, recorridos primero por los cazadores paleolíticos y después por los agricultores del Neolítico. Desde entonces y hasta hace bien poco han sido visitados por los pastores y sus rebaños, aunque no se puede olvidar tampoco el recurso de la caza mayor, explotado desde siempre y una práctica aún vigente en la actualidad.
-El soporte de cuarcita sobre el que están realizados es poco usual, por la propia dureza de la roca. La ausencia en todos los paneles de otros motivos más modernos como cruciformes, herraduras o firmas de pastores es reveladora, indicando al menos que no hay figuras representadas ( a parte de las cazoletas) que se puedan adscribir a los últimos dos milenios.
- Los petroglifos de Los Ancares confirman el estilo, la iconografía y la técnica de la mayoría de estaciones rupestres de la provincia. También se pueden equiparar los emplazamientos, con unos paneles situados en las inmediaciones de las brañas y relacionados por tanto con las actividades de las comunidades ganaderas, y otros situados en lugares elevados y estratégicos, como algunos riscos que se asoman a los valles a modo de atalaya desde donde se puede contemplar una panorámica privilegiada de todo el entorno.
Los emplazamientos son espectaculares y de acceso complicado, algunos apartados incluso de los senderos de alta montaña, con unas altitudes que oscilan entre los 1500 m en el valle de Porcarizas y los 1800 m de los cercanos al Pico Cuiña, lo que convierte a estos últimos en los petroglifos situados a mayor altitud (que yo conozca) en todo el noroeste peninsular   
 En lo que respecta a la comarca de los Ancares gallegos de Lugo, se confirma también el estilo e iconografía, como se deduce de los primeros descubrimientos hace tan solo un año en esa zona por Xabier Moure y Pilar  Carpente

CRONOLOGÍA ESTIMADA 
- Como ya sabemos, es muy difícil aventurar una cronología absoluta para estos paneles en los que solo hay cazoletas representadas. Las brañas han sido visitadas por muchas culturas diferentes, pero me resulta muy complicado digerir por ejemplo que una comunidad medieval realice cientos de cazoletas en la dura cuarcita y no deje plasmada ni una sola cruz. Tampoco me cuadra un pastor de la edad del hierro grabando cazoletas como si no hubiera mañana y sin representar ningún símbolo del variadísimo repertorio de esa época (armas, zoomorfos, escenas de caza y lucha...). Por eso me sigo reafirmando en mi impresión de que estas manifestaciones rupestres puedan ser de época neolítica.
Esas primeras comunidades ganaderas fueron las primeras en cambiar el entorno y adaptarlo a sus necesidades, y actualmente se intenta saber más sobre ellas. En ese sentido, es muy interesante el trabajo que han realizado Margarita Fernandez, Pablo Lopez y mi buen amigo David Gonzalez sobre " Las practicas ganaderas de la Cornisa Cantábrica", en el que se pone de manifiesto la existencia de monumentos megalíticos en algunas zonas de pastos de altura "lo cual da una idea del valor económico de la zona y de las estrategias de apropiación simbólica desplegadas en estos espacios por los grupos del Neolítico y la Edad del Bronce".

Para concluir,resaltar la importancia de estos petroglifos, que amplían el horizonte del arte rupestre leonés y se suman a un grupo cada vez más extenso. 
Y gracias otra vez a José Anglés por descubrir un mundo perdido en  Ancares   



miércoles, 24 de septiembre de 2014

PETROGLIFOS DE VIFORCOS



Una nueva estación rupestre ha sido localizada en la Maragatería, en las cercanías del pueblo de Viforcos, 
 un pueblo perteneciente al Ayuntamiento de Santa colomba de somoza . El descubrimiento ha sido realizado por Ana Franganillo, mientras paseaba por las cercanías de la localidad. Hay que decir que hace unos meses localizó un par de rocas con varias cazoletas en un lugar cercano al pueblo, y que esto le sirvió de estímulo para observar las rocas de otra manera. Con este nuevo enfoque no tardó en descubrir un nuevo panel con cazoletas, esta vez en un paraje algo más alejado y espectacular, cerca del río Argañoso.

VIFORCOS 1
La primera de las rocas con cazoletas es el típico afloramiento de pizarra de mediana  altura, en la que la única superficie horizontal disponible está en la zona superior. El panel está muy deteriorado, con algunas cazoletas semidestruidas por la erosión. En un primer momento me parecieron naturales, pero volví por la noche y una sesión de fotos nocturnas me sacó de dudas. En esta superficie se observan 6 cazoletas, las situadas en la zona más alta y central del panel son mas profundas que las periféricas  y están bordeadas por un surco que las hace resaltar formando una figura de tendencia oval. El resto de las cazoletas está semidestruidas.



  Viforcos 1

VIFORCOS 2

A escasos metros de la primera roca aflora otra de similares características y con otras 6 cazoletas grabadas en la zona superior. Como en el caso anterior la parte más elevada concincide con la zona central de la línea de cazoletas, y en ese punto está la cazoleta que podríamos llamar "principal", pues además de su posición central es la mas ancha y profunda. Igual que en la primera roca se distinguen cazoletas semidestruidas y oyuelos que hacen sospechar que hubo bastantes más grabdos que los que se ven actualmente.


Viforcos 2

Estas dos rocas gemelas están en un lugar cercano al pueblo donde antiguamente hubo una ermita ya desaparecida, y donde los habitantes de Viforcos realizaban una romería una vez al año. No es extraña esta coincidencia, pues es conocida la pervivencia de lugares sagrados desde la prehistória hasta nuestros tiempos. Al principio con los primeros cultos paganos y cristianizados después. En todo caso es curioso que después de los siglos los únicos vestigios que permanezcan allí sean las cazoletas.    

VIFORCOS 3

Este es el panel más espectacular de los descubiertos por Ana Franganillo, con la particularidad de que el soporte es un afloramiento horizontal de cuarcita. La mayoría de los petroglifos encontrados recientemente en la provincia esán realizados sobre las blandas pizarras y no es frecuente encontrar tantas cazoletas talladas en una superficie tan dura como las cuarcitas armoricanas.





La iconografía se compone de cazoletas exclusivamente, con más de 70 unidades agrupadas sobre todo en un extremo del panel donde hay una cubeta rectangular excavada quizá aprovechando una rotura natural de la propia roca. Sea o no antrópica, la cubeta parece ser un elemento principal del panel, pues más de 50 cazoletas se agrupan junto a ella. Las cazoletas cercanas a sus extremos son las más elaboradas del panel, y a medida que se alejan de esa zona los grabados son más pequeños y superficiales.




Los petroglifos de Viforcos confirman la tendencia del Arte Rupestre de la provincia de León, con paralelos  para los paneles 1 y 2 como pueden ser algunas rocas con cazoletas en Andiñuela, y composiciones similares para  Viforcos 3 como el petroglifo de "Peñamortero" en Alija del Infantado.

"Peñamortero 2" en Alija del  Infantado

Es de agradecer nuevamente el esfuerzo y la curiosidad de personas como Ana Franganillo, rescatando del olvido estos vestigios que nos hablan de un mundo perdido.

Ana Franganillo y su perrita "Chispa", en Viforcos 3

Es verdad que seguimos sin comprender el "mensaje" grabado en las piedras, pero al menos podemos verificar la existencia de aquellas culturas prehistóricas también en este lugar.



sábado, 12 de abril de 2014

LOS PETROGLIFOS DEL RÍO TURIENZO

A principios del mes de octubre del año pasado Luis Antonio Alonso descubrió una roca con un centenar de cazoletas en el paraje denominado "La Encricijada" en el Val de San Román. La noticia publicada en "Astorga Redacción" daba cuenta del hallazgo describiendo el lugar "cercano al río Turienzo y a un majestuoso castro" (sin excavar como todo lo de por aquí). 
En una visita poco después de la noticia pude localizar sin problemas el emplazamiento y observar un afloramiento con numerosas cazoletas, algunas de ellas comunicadas por surcos muy erosionados. También  hay grabadas unos cuantos cruciformes y algún círculo, además de apreciarse en la parte superior del yacimiento una zona con un pequeño rebaje que ha sido tapizado por cazoletas más pequeñas hasta cubrir todo el espacio disponible.









Creca de allí en dirección al río aflora otro roquedo, y al nivel del suelo hay más cazoletas grabadas (cerca de la veintena). No dice nada de esto la noticia, pero seguro que Luis Antonio también las había visto. En todo caso suyo es el mérito, pues fue él quien descubrió la estación rupestre.




Estos petroglifos me parecen muy interesantes, pues al estar tan cerca del río se podrían poner en relación con este y con algunas teorías que relacionan este tipo de yacimientos con rituales en los que el agua estaría presente (culto a las fuentes, a los ríos etc).
Yo descubrí hace unos meses una roca parecida con cazoletas, un par de Km. aguas abajo en el termino de Piedralba. Las coincidencias son evidentes: los petroglifos están en una roca al nivel del suelo, en la rivera izquierda del río Turienzo y bastante cerca del castro de Piedralba. 





Todos estos petroglifos guardan un cierto parecido (como ya apuntó Luis Antonio en la noticia del descubrimiento) con otros aparecidos hace poco en Andiñuela, y son piezas de un puzzle que estamos empezando a componer. La foto siguiente lo demuestra.




El río Turienzo (que precisamente nace de unos afluentes cerca de Andiñuela) sigue guardando el secreto del significado de los glifos, pero al menos nos muestra las evidencias de ese mundo perdido y escondido junto a sus aguas. 

domingo, 23 de marzo de 2014

LOS TABLEROS DE JUEGO DE LA PROVINCIA DE LEÓN

A finales de 2008 publiqué en este blog un trabajo dando cuenta de los tableros de juegos que localicé en la catedral de León, situados en el claustro y en algunas capillas como el que se encuentra al lado de la tumba de Ordoño II detras del altar mayor. El Diario de León se hizo eco del asunto y publicó la noticia del descubrimiento en la sección de cultura, propiciando que esos alquerques salieran del anonimato después de los siglos. 
Tiempo después recibí una llamada de teléfono, al otro lado se escuchaba una voz con acento extranjero que en un perfecto castellano y con una educación exquisita me solicitaba el permiso para poder utilizar alguna de las fotos de ese trabajo para poderlas publicar en un libro en el que estaba trabajando. 
Se las cedí todas, como no podía ser de otra manera, pues aunque en ese momento yo no lo sabía, Govert Westervelt es un holandés afincado en España desde hace muchos años, hispanista y experto en el juego del ajedrez y las damas (fue campeón juvenil de Holanda con 15 años). Es el cronista oficial de Blanca (Murcia) y académico de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia.  Además de otras muchas dedicaciones ha publicado más de 50 libros y su currículum es abrumador.   

Govert acaba de presentar ese libro, que lleva por título "The history of alquerque-12. Spain and France", en el que presenta los resultados de su investigación sobre el origen del juego de las damas. El libro está escrito en inglés, y es el primer tomo de una extensa recopilación de alquerques de 12 como los aparecidos en la catedral de León y repartidos por toda la península. El autor desmonta algunas teorías que postulaban el origen del juego de las damas en Francia basándose en la etimología francesa de algunos aspectos del juego. La gran cantidad de alquerques grabados en toda la Península Ibérica (muchos más que en Francia y otros países) así como la antigüedad de algunos que se han podido datar con seguridad como los del yacimiento arqueológico de El Castillo en Cieza (Murcia), anteriores a 1243, constituyen la prueba evidente de que el juego de las damas tuvo su origen en España. Esta teoría está tan bien fundamentada que ha sido aceptada por la gran mayoría de expertos mundiales sobre el tema.




Para el autor, la invención de este juego tal y como lo conocemos hoy se remonta a los orígenes del ajedrez moderno, del cual deriban las damas. Resumiendo mucho la situación, se podría decir que las damas nacen cuando se trasladan las fichas y reglas del alquerque de XII a un tablero de ajedrez moderno. Y va mucho más lejos, pues ha demostrado también en otros trabajos que la dama doble que se obtiene en el juego de damas al alcanzar la última fila con una ficha, así como la poderosa reina del ajedrez son innovaciones introducidas en ambos juegos con posterioridad también en España, y son el reflejo de la poderosa imagen que la población tenía en esa época de la reina Isabel la Católica 






Ya tengo el libro en mi poder y ha sido una satisfacción comprobar que mis teorías no estaban equivocadas, ya que la provincia de León está representada de una manera destacada en el libro, con un capítulo de 15 páginas y 20 fotografías dedicadas a los alquerques de XII conocidos en la provincia. Además de los tableros de la catedral de León, la lista incluye un alquerque grabado en una piedra de la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima en Astorga (que no fue un descubrimiento mio pues ya era conocido) y otro ejemplar situado en el Monasterio de Carracedo (cuya información y fotos han sido aportadas por el también especialista José Manuel Hidalgo).




Esta última foto muestra uno de los alquerques localizados en el claustro de la catedral de León en el año 2008.
 A pesar de que ya han pasado seis años y de las obras que se han realizado en el templo, nadie ha considerado retirar un solo palmo esa estatua decapitada situada encima de uno de los alquerques más clásicos. La estatua continúa pegada con cemento al escaño tapando el tablero, y resulta chocante que después de mover recientemente una gran cantidad de estatuas del templo para su restauración, precisamente esa no se haya movido.
A ver si escrito en inglés alguien se da por aludido y comprende que esta situación (como la propia estatua) no tienes pies ni cabeza. 

Temas relacionados:

 Los tableros de juego de la catedral de León

Alquerques

Así que pasen 400 años





domingo, 26 de enero de 2014

FIEBRES PALEOLÍTICAS


Fue a principios de 2008 cuando tuve la suerte de descubrir en la Somoza maragata dos rocas grabadas con cazoletas y laberintos. Estos espectaculares petroglifos se convirtieron para  mí  y otras muchas personas en una pequeña ventana a la que asomarse y descubrir un mundo perdido en  las laderas del Teleno.  Los sucesivos descubrimientos de otros paneles con petroglifos están conformando un “corpus”  cada vez más extenso, que unido a las pinturas de la misma época del Bierzo y La Valduerna hace que se pueda hablar con propiedad del “Arte rupestre de la provincia de León”.
  Comprendí además  que estos yacimientos duplicaban las fechas aceptadas hasta ahora sobre la presencia humana en  la comarca maragata, pues  confirman la ocupación del territorio por comunidades más o menos estables desde  finales del Neolítico, aproximadamente hace unos 5000 años antes del presente.
En aquella época yo buscaba respuestas a la pregunta sobre la cronología de las primeras ocupaciones humanas de este territorio al que ahora llamamos Maragatería, y confieso que descubrir vestigios tan antiguos colmó todas mis expectativas. 
Sin embargo me he seguido haciendo la misma pregunta de siempre: ¿Quiénes estuvieron antes?
Hace un par de años encontré  en Quintanilla de Somoza una piedra en el suelo. Era pequeña y estaba  mezclada con otras muchas que se habían caído de una  pared de piedra seca de las que tanto abundan por aquí, pero por alguna razón clavé mi mirada  en ella y no pude apartarla hasta que la tuve en mis manos. Era un bifaz. Mi primer bifaz y el primero documentado en todo Maragatos.




Había oído y leído historias sobre hachas de mano y cosas parecidas en la comarca, pero si existen estas piezas están bien esconditas, porque lo cierto es que a día de hoy no tengo constancia física de industria lítica del Paleolítico en toda la Somoza maragata. Consulté con unos cuantos amigos especialistas en el tema y el veredicto fue unánime: “Se trata de un bifaz musteriense  del Paleolítico Medio. Es muy interesante porque no hay nada documentado de esta época en Maragatería y deberías entregarlo al Museo de León”.  Vale, les dije. Y me fui corriendo para casa a repasar lo que era el Musteriense ese. En cuanto a lo de entregarlo… no fui capaz, al menos en ese momento. Qué queréis que os diga, era  mi bifaz...



Eso fue hace unos años, pero hoy sé que el Musteriense es el nombre con el que se denomina a una manera o modo específico de tallar las piedras para fabricar los útiles en el Paleolítico Medio. 
 Los modos anteriores (modos 1 y 2, también llamados Olduvayense y Achelense) se caracterizan  por que se trabaja el núcleo de piedra "quitando lo que  sobra” como en una escultura, y descartando las pequeñas lascas resultantes de la talla.
 Sin embargo en el Modo 3 o Musteriense el nódulo o núcleo de piedra se prepara previamente, de tal manera que este paso intermedio facilita la extracción de láminas o lascas más finas, que a su vez se retocan para incrementar el filo y mejorar el resultado final. Esta técnica permite extraer varios útiles de un mismo núcleo y obtener mucho mejor rendimiento con menos trabajo.
Aunque los principios de esta técnica se originaron a finales del interminable Paleolítico Inferior en los tiempos de Homo heidelberguensis  (la banda del tio Miguelón, el de Atapuerca), hay consenso en aceptar el hecho de que fue el Hombre de Neandertal  el que la generalizó, hasta el punto de que los conceptos “industria Musteriense” e “industria  Neandertal” se utilizan como sinónimos.






 Así que como poco mi bifaz  podría tener 50.000 años; como mucho 250.000 y es muy probable que fuera realizado por un individuo perteneciente a una especie humana ya extinguida que habitó este viejo mundo antes de la llegada de nuestros ancestros los sapiens.
Esta herramienta de piedra demuestra que  Homo neandertal  pasó por estos  montes, quizá siguiendo las migraciones de sus presas para darles caza emboscándose en los estrechos valles. Me lo imagino con su grupo abatiendo un viejo ciervo acorralado en el río, y fabricando apresuradamente un bifaz (mi bifaz) de cuarcita con el que descuartizar el animal antes de que el olor de la muerte atraiga a las hienas, los lobos o lo que sería peor aún: a los descomunales osos de las cavernas, los verdaderos amos de la Sierra del Teleno en ese momento.

Tiempo después encontré en las cercanias de Astorga una punta de flecha tallada en silex. Tiene toda la pinta de ser de época neolíitica (así me lo han dicho algunos especialistas)) y de ser eso cierto sería la prueba evidente de que el cerro sobre el que se fundó Asúrica Augusta hace 2000 años fue testigo de la presencia de poblaciones humanas hace más de 5 milenios. El que piense que esta pequeña punta lítica no tiene mayor importancia quizá deba saber que  no hay constancia oficial de nada tan arcaico  en la dilatada historia de la ciudad y es en este momento el vestigio más antiguo atribuible al Homo sapiens en toda la comarca.



 No hace falta ser un experto para ver la evolución qur experimentó la talla lítica desde aquellos útiles toscos del Paleolítico Medio hace quizá más de 150.000 años y la punta de flecha neolítica de hace 5 milenios. A destacar la delicada talla por presión en los filos de la flecha, y resaltar que el silex con el que fue construida tuvo que venir de muy lejos, porque no se conocen yacimientos de este mineral en toda la provincia de León 


Como en el caso de las rocas con petroglifos, un instrumento de piedra fabricado por el hombre primitivo transmite información preciosa sobre mundos ya desaparecidos, pero en mi caso también me ha contagiado unas calenturas nuevas  que he bautizado como "fiebres paleoliticas".
  Hace una buena temporada me armé de valor y acepté lo inevitable. Contemplé por última vez el  bifaz y la punta de flecha y les hice unas cuantas fotos de despedida. Cuando los deposité en el Museo de León pensé que me iba a costar más desprenderme de esas jodías piedras, pero la verdad es que me sentí liberado y salí del museo con la sensación de caminar ligero como una pluma.
 Sé que estas piezas nunca fueron realmente mias y ahora ya son nuestras, de todos las que las quieran apreciar. Se quedaron  en buenas manos, y por un momento pensé que las "fiebres" remitirían, pero no. Están empeorando, así que os aviso...