miércoles, 16 de diciembre de 2015

LAS PEÑAS DEL CABALLO DE SANTIAGO EN VILLAR DEL MONTE



Hace unos meses recibí un aviso de un vecino de Villar del Monte en La Cabrera Alta (Ayuntamiento de Truchas) donde me comunicaba que en esa localidad había unas rocas con grabados que, aunque ya eran conocidos por los vecinos desde siempre y que hay una leyenda ancestral sobre ellos, permanecían olvidados de la mano de Dios y de los hombres. Juan Luis Puerto refleja esa leyenda en su libro "Leyendas de Tradición Oral en la provincia de León", como pude observar al leer este artículo sobre Las huellas del caballo de Santiago  en el blog de Miguel Ángel González. 
Los grabados se encuentran situados en la margen izquierda del río Eria, en un lugar denominado por los vecinos de Villar como "La Puente de la Veiga". Hace mucho tiempo hubo en este lugar una puente (en cabreirés, como en gallego, los puentes son femeninos). Era de madera con los típicos postes clavados en el río, y una estructura de tablas por la que se cruzaba al otro lado. "La Puente" desapareció hace años  por los efectos de una riada, y fue sustituido por un masculino puente de hormigón que ahora ya no cruza casi nadie.
Juan Manuel Martínez, que así se llama la persona que me avisó de la existencia de los grabados, me dijo que  los pocos vecinos que quedan en Villar, llaman a esas rocas "Las Peñas del Caballo de Santiago" en alusión a las herraduras que aparecen representadas.  Su padre me contó también la existencia de una leyenda que explica que "las herraduras fueron dejadas por el caballo del Patrón Santiago cuando dio un gran salto desde allí hasta la vecina localidad de Manzaneta de Cabrera". Le pregunté si se conocían en Manzaneda las huellas del "aterrizaje" pero me dijo que allí no se conocía nada parecido. Una pena, porque a veces esta leyenda tan típica da pistas para encontrar nuevos grabados.

Para acceder a la zona hay que cruzar el puente sobre el río Eria, y caminar unos pocos metros aguas abajo por un estrecho sendero y enseguida encontraremos unos afloramientos de roca cuarcítica. El primer panel es una roca situada a la izquierda del sendero, y se aprecian con dificultad multitud de cruciformes, como si fuera la típica arca que delimita los lindes de algunos pueblos.


Me quedé hasta el anochecer y saqué unas fotos con luz rasante artificial, y así pude apreciar que los cruciformes dominan el panel con más de treinta cruces de trazo simple, y media docena de cruces más elaboradas.  Hay también media docena de figuras con forma de herradura, algunas con cazoleta central y cuatro cazoletas sueltas, una de ellas de buen tamaño y en la zona central del panel. En la parte superior de la roca se aprecian con dificultad trazos muy erosionados que podrían corresponder a herraduras, y sobre ellos se superponen los surcos más vigorosos de los cruciformes.  



Unos pasos más adelante yace una roca tirada en el medio del sendero, por la que pasan a menudo las vacas y otro ganado suelto que resbalan al pisar  su superficie inclinada, marcándolo con restos de las pezuñas. Al igual que la primera roca aparece totalmente decorada con grabados, pero con la particularidad de que aquí los cruciformes no son en absoluto los principales (solo una pequeña cruz testimonial, dudosa incluso). El resto está representado por cerca de 60 figuras semicirculares o herraduras, muchas de ellas con cazoleta central. En la zona izquierda del panel las herraduras forman una alineación al estar representadas muy juntas y con una misma dirección. 




En la zona central del panel, y superpuesta a los grabados semicirculares descubrí gracias a las fotografías nocturnas la inscripción "AÑO DE MDCC". Varias herraduras subyacen bajo las dos últimas letras, dándoles el aspecto de una "ç". Hay también un trazo triangular alargado que recuerda vagamente a la punta de una espada o alabarda, aunque no se observa empuñadura alguna. 








Un poco más adelante de este panel hay bloques de cuarcita escalonados, y tanto en las superficies verticales como horizontales hay también herraduras  y algunas figuras cruciformes, destacando por su diseño una cruz con círculos en sus extremos e intersección, y sobre todo un cruciforme grabado con figuras romboidales aunque incompleto en la zona superior, un diseño inédito en toda la provincia. 






Se da la circunstancia que a la izquierda de esta última figura hay otra agrupación de herraduras alineadas de manera ascendente, un diseño que ya vimos en el panel más importante de esta estación rupestre y que tiene un paralelo muy claro con un panel que descubrí en en el año 2008 en Chana de Somoza, y que bauticé con el nombre de "Peñaferrada". En ambas estaciones rupestres las herraduras predominan sobre los cruciformes, los semicírculos presentan a menudo un punto o cazoleta interior, y las agrupaciones forman líneas ascendentes.

Peñaferrada, en Chana de Somoza


Es muy complicado aventurar una cronología para estos grabados. La presencia de cruciformes apoyaría una teoría medievalista, aunque no se puede olvidar el hecho de que en todas las superposiciones de figuras que he observado siempre es el semicírculo el que subyace al cruciforme (como también sucede con la inscripción "Año de 1700"). Esta circunstancia me obliga a considerar que  los semicírculos o herraduras fueron grabados con anterioridad a los cruciformes. El lapso de tiempo transcurrido entre unas y otras figuras es imposible de precisar por el momento, pero un escenario perfectamente posible es que las herraduras se pudieron haber grabado en tiempos protohistóricos o en los primeros momentos de la Historia, y que siglos después sociedades católicas cristianizasen el lugar grabando cruces encima de los símbolos que ellos consideraban paganos. Incluso la forma en la que aparecen los grabados (cruciformes en una roca y semicírculos en la otra) sugieren universos y creencias diferentes. 
Se ha discutido mucho sobre las figuras con forma de herradura, y muchos especialistas no dudan de su datación medieval por el mero hecho de aparecer junto a cruciformes. Se debe tener en cuenta no obstante que las leyendas medievales que relacionan las herraduras con las huellas del caballo de Santiago o cualquier otro héroe (El Cid, Roldán etc) vienen a explicar (como todas las leyendas) algo que en ese momento no tenía una explicación coherente, y eso a mi modo de ver indica que en tiempos medievales ya existían los grabados. Si esto pudiera ser demostrado, a la fuerza deberíamos retrasar su datación a la Historia Antigua o incluso a la Protohistoria.


Fíbula celtíbérica de Palenzuela. Foto Museo de Palencia

A pesar de que se conservan infinidad de restos epigráficos medievales (estelas, lápidas estatuas, decoración de vasijas, iglesias etc) la figura semiciírcular apenas aparece representada (algunos símbolos lunares bajo los pies de representaciones marianas y poco más).
Hay sin embargo un paralelo muy claro en una fíbula de caballito celtibérica fechada en el siglo III adC. que se encuentra en el Museo de Palencia. Esta pequeña figura de bronce demuestra que a veces, las cruces (como los árboles) nos pueden impedir ver el bosque.

Mi agradecimiento una vez más a Juan Manuel Martínez y a los vecinos y enamorados de Villar del Monte, por su lucha por dignificar su pasado. La conservación de la arquitectura popular, la restauración de hornos centenarios, la señalización de antiguas labores mineras romanas y otras muchas inquietudes culturales demuestran que mientras quede un solo habitante orgulloso de sus orígenes los pueblos no morirán.   






domingo, 6 de septiembre de 2015

LOS GRABADOS MEDIEVALES DEL MOLINO BARREÑO


Hace unas semanas recibí un aviso sobre unos grabados muy diferentes a los que hasta ahora han aparecido en Maragatería. Mis amigas Mirian de Cabo e Isasy Cadierno los localizaron en una de sus excursiones.No es extraño este hallazgo por su parte, pues además de haber nacido en la Somoza (son de Lucillo y de Molinaferrera respectivamente) se han involucrado en investigar y descubrir todo aquello que permanece oculto en la sierra del Teleno. No es la primera vez que localizan restos importantes pues no hace mucho descubrieron vestigios relacionados con las explotaciones romanas del oro. Entonces contactaron con Roberto Matías  quien certificó la importancia del hallazgo.

Los grabados a los que hace referencia este post se encuentran situados en la confluencia de dos pequeños arroyos estacionales, ya que en cuanto llegan los calores del verano se secan los dos, dejando visible varias figuras que en invierno permanecen ocultos bajo las aguas.
Hay otros grabados en las rocas cercanas al cauce. El primero de ellos se localiza en un bloque de cuarcita de buen tamaño y aunque coincide con el estilo de los demás, presenta una pátina y acabado de aspecto moderno, como si hubiera sido repasado en épocas actuales. Se trata de un círculo adosado a un semicírculo.


Hay otros dos grabados situados en las pizarras que afloran por encima del cauce. Uno de ellos está incompleto al haberse desprendido la zona superior de la pizarra.Es un símbolo compuesto por un cruciforme adosado a un semicírculo con una línea central, a modo de tridente. Un desconchón superior sugiere que el símbolo pudo tener más tamaño, aunque nunca podremos saber la forma en la que se prolongaba. Pudo ser un círculo completo, pero ahora eso es sólo pura especulación.



La otra figura es también compuesta. Se trata de un cruciforme adosado a un semicírculo. De esta zona inferior parten varias líneas hacia la zona derecha, recordando vagamente una composición similar a las marcas o hierros con los que los ganaderos marcan su ganado, aunque estos símbolos pueden pertenecer a ámbitos totalmente diferentes a los relacionados con la ganadería. Por ejemplo, también guarda cierto parecido con la representación del planeta Saturno.



Situados ya en el cauce del arroyo, Mirian e Isasy localizaron varias figuras grabadas en la roca pulida por las aguas. Los dos primeros se encuentran en una superficie de pizarra. Uno de ellos se compone de dos figuras triangulares que se superponen, formando en la intersección otro triángulo más pequeño. Un trazo horizontal recorre la base de la figura.


Junto a este grabado triangular se encuentra una de las figuras más enigmáticas de la estación rupestre. No tiene mucho tamaño, pues apenas alcanza los 20 cm. de diámetro. Se trata de una cazoleta central de la que parten radialmente ocho líneas que forman una figura con forma de estrella. Todas estas líneas están decoradas en su extremo por otras tantas cazoletas. Su interpretación es complicada, pudiendo ser una representación solar o de otra estrella. 





Cerca de allí hay otras dos figuras, las más grandes en tamaño de la estación. Una de ellas es un círculo con una cruz en su interior. Los surcos tienen una profundidad suficiente para haber resistido el paso del agua en el invierno. A su lado hay otro símbolo compuesto por un cruciforme rematado por un círculo y un semicírculo.







Mirian e Isasy también cayeron en la cuenta de que la mayoría de estos símbolos se pueden asociar con la representación de los planetas. Siguiendo esta teoría, se pueden apreciar claramente los símbolos astronómicos de Mercurio, la Tierra y quizá Saturno. Otro de los símbolos también se parece mucho a Neptuno (en el caso de los dos primeros y el último las figuras son exactas).




Debo confesar que las coincidencias astrológicas son más que evidentes, aunque cueste encajar estos símbolos representados en unas rocas maragatas . El topónimo del lugar es "Molino Barreño", y aunque nadie en la zona recuerda ninguna construcción en la zona, no es descartable la ubicación de un molino hidráulico similar a los que todavía quedan en la comarca. Hay que señalar que el punto donde se localizan los grabados es la confluencia de los arroyos de "Valle Henares" y "Valdellamas". Al arroyo resultante se le denomina "del Obispo", lo que unido al topónimo "Molino Barreño" resulta bastante revelador. No sería tan extraño que un molino fuera emplazado en ese lugar en época medieval, y como suele ser habitual en estos casos las rocas cercanas hubieran sido grabadas con símbolos diversos, aunque la iconografía "astral" no deja de ser extraña en este contexto. Otro misterio más que nos muestra esta Maragatería recia y enigmática.





Sea como fuere, lo que no admite duda es la implicación de las gentes maragatas, como Mirian, Isasy y tantos otros, que viendo el abandono al que las autoridades patrimoniales someten a esta tierra, han decidido ellas mismas sacar a la luz los vestigios de sus antepasados. Sus orígenes.


jueves, 28 de mayo de 2015

LOS GRABADOS PROTOHISTÓRICOS DEL CASTRO COLORADO


Con esta primera entrega pretendo dar a conocer esta estación rupestre, que seguramente os sorprenderá como me ha pasado a mí.
Hace ya una buena temporada descubrí unos grabados en la ladera de un castro prerromano cercano a Astorga, en la localidad de Cuevas de la Sequeda, y que pertenece a su vez al ayuntamiento de ValderreyHe utilizado la palabra "grabados" en vez de "petroglifos" porque este tipo de arte rupestre no se puede encuadrar en época prehistórica. Son mas "modernos", aunque eso no quiere decir que sean menos importantes. Los petroglifos milenarios ya forman parte de nuestro acervo cultural, pero apenas conocemos en la provincia de León manisfestaciones de arte rupestre de época protohistórica. Y estos también son milenarios, si vamos al caso... 
 Castro Colorado o Castro Encarnado (se le puede llamar de las dos maneras) es el nombre de la fortaleza, y da nombre a su vez a todo el paraje cercano formado por crestones de pizarra y cuarcita que el río Turienzo sortea como puede, disminuyendo su velocidad como si quisiera saborear el tramo final de su recorrido, para llegar en apenas un par de km al puente de Valimbre y acabar entregando sus aguas al río Tuerto.  
Los grabados están realizados en una roca de cuarcita esquistosa, algunos poco marcados  y otros cubiertos por los líquenes, por lo que es complicado apreciar sus formas sin una buena luz rasante. Además están situados a ras de suelo en una superficie inclinada y es muy fácil pisarlos sin darse cuenta.  Aunque no facilitaré aquí su ubicación exacta para preservar la estación rupestre, he comunicado como es preceptivo  el hallazgo a las autoridades de Patrimonio y ellos disponen de información detallada y coordenadas exactas.



                                                           El Castro Colorado

Las figuras de esta estación rupestre se encuentran situadas en la parte mas inclinada del castro, apartadas de las zonas llanas en las que un día se construyeron las cabañas. El asentamiento está situado en el área de influencia de lo que fue Astúrica Augusta, y su suerte fue paralela a la de la antigua ciudad romana, ya que aunque el castro indígena fue romanizado a principios de nuestra era, la cronología de las monedas encontradas en este lugar demuestran que dejó de ser habitado en el ocaso del Imperio Romano en el s IV (Mangas, Celis, 1986). A partir de esa fecha el antiguo castro pasa a ser un despoblado, frecuentado solamente por pastores y la gente del lugar. 
Como consecuencia de esto, se observa una gran concentración de grabados de diferentes épocas, sobre todo en los mejores lugares del panel. Se distinguen al menos tres fases de ejecución, pues en algunos casos las firmas de pastores se superponen a cruces medievales de todo tipo, y a su vez, debajo de estas, podemos descubrir figuras antropomorfas que bien pudieran ser obra de los primeros habitantes del castro, y para situarnos, el castro que nos ocupa está considerado por los investigadores "de origen prerromano y astur" (Mangas, Celis 1986) .





                          En rojo, figuras antropomorfas y reticulados infrapuestos a grabados más modernos

 Los símbolos representados en este lugar dan fe de las distintas épocas en las que fueron grabados. Los más cercanos a nosotros son las firmas de pastores y algunas fechas de época contemporánea. Hay otro gran grupo que podemos considerar de época medieval, formado principalmente por cruciformes. Se pueden distinguir cruces con peana, simples y compuestas, además de unos curiosos signos ballestiformes que subiré en próximas entregas.






Por último, hay otro grupo muy interesante cuya temática es totalmente diferente a los anteriores, formado por figuras antropomorfas orantes. Aunque este tipo de figuras  si aparecen en las pinturas de los abrigos rupestres de la provincia (Librán, Sésamo etc), los antropomorfos orantes grabados en las rocas son casi inéditos en el noroeste peninsular.




Pintura rupestre en Peña Piñera (Foto Feliciano Cadierno)

 Algunos de los antropomorfos del Castro Colorado aparecen agrupados, como formando una escena. Los otros (salvo una pareja) están aislados y sin conexión entre sí. La mayoría tienen representado el falo, y están en actitud orante (con los dos brazos levantados por encima de la cabeza). Al menos uno de ellos parece portar lo que podría ser interpretado como un cetro con una rara curvatura o incluso una lanza y un escudo.












Figuras antropomorfas aisladas del Castro Colorado


La zona más espectacular de la estación rupestre está constituida sin ninguna duda por una acumulación de 7 figuras antropomorfas en actitud orante. Media docena de siluetas están agrupadas en un plano inferior, mientras que en el plano superior y separada de ellas aparece otra figura humana representada con los brazos extendidos a la altura de los hombros. La posición de esta figura (en el vértice superior, en solitario y más grácilmente grabada que las demás) parece concederle el papel principal. La escena bien podría representar un grupo de personas adorando a una divinidad o aclamando a un líder. Hay otras posibles interpretaciones, como pueden ser algún tipo de danza, una escena funeraria etc. En todo caso el carácter narrativo de la composición es evidente, y aunque solo estén grabadas las siluetas, cuanto más las miro más mi cerebro se inclina a interpretar que las figuras inferiores están de espalda, mirando al antropomorfo superior que los contempla a ellos en posición frontal.  






 Por otro lado, se observa claramente  una cruz con peana triangular a la derecha de los tres antropomorfos centrales, y esto quizá podría dar lugar a una interpretación de la escena en clave paleocristiana. No sería un tema menor estar ante una de las primeras representaciones de temática cristiana (la adoración a la Cruz o una hipotética Ascensión etc), pero creo que no es el caso.
 Mi opinión es que el cruciforme pudo ser grabado en una época posterior. El tamaño no está proporcionado con la altura de las figuras, y la vertical con respecto al plano de las mismas tampoco concuerda.  Los surcos de la cruz son más anchos, los piqueteados son distintos y los círculos que rematan los brazos del cruciforme a modo de pequeñas cazoletas están resueltos de distinta manera que los círculos de las cabezas humanas.
Los antropomorfos son muy esquemáticos, algunos parecen "desnudos", mientras que otros presentan una especie de "falda" o túnica. Todos tienen representado el falo, en ocasiones tan largo como las piernas, y todos esos detalles  no me cuadran nada en una supuesta representación cristiana de adoración a la Cruz. No parece una escena "muy católica"...





Sin embargo, si eliminamos la cruz atrasando su cronología, la figura principal cobra otra vez especial importancia, situada en el vértice superior de una escena triangular cuya base la forman las figuras inferiores, que a su vez parecen dirigir sus gestos hacia arriba. El antropomorfo superior es un poco más grande que los otros, con las extremidades más largas y gráciles. Los brazos a media altura, como en actitud de "recibir". Al final de las piernas dos trazos en forma de ángulo invertido representan unos pies que más bien parecen pinzas. Aunque un poco más proporcionado, también tiene representado el falo. Sobre su brazo derecho parece flotar una pequeña cazoleta, y aunque esta podría ser natural por su forma irregular, se integra perfectamente con la figura.


Figura superior y principal de la escena


ARTE RUPESTRE DE LA EDAD DEL HIERRO

La arqueología oficial en España ha estado siempre más centrada en el arte rupestre del Paleolítico y ha desdeñado con frecuencia los grabados que no son prehistóricos, clasificando estos en grupos tan ambiguos como "grabados post-paleolíticos", "medievales", "pastoriles" etc. Sin embargo poco a poco ha ido surgiendo una visión diferente, tratando de poner orden en esos signos grabados en las rocas que no son paleolíticos ni prehistóricos, pero que abarcan un periodo superior a los dos milenios. Un puñado de especialistas (M.Almagro, Mª Carmen Sevillano, Ignacio Royo Guillén etc.)  han dedicado sus esfuerzos a catalogar diversas estaciones rupestres que por la temática de los símbolos o por el contexto claramente protohistórico de los mismos, se han podido agrupar como pertenecientes a las culturas de la Edad del Hierro.
Gracias a los trabajos publicados por estos especialistas, sabemos que estas representaciones con figuras humanas en actitud orante son muy escasas en el noroeste peninsular, pero tienen paralelos casi idénticos en otros lugares de España, como por ejemplo los grabados de la Sierra de Guadarrama o los de Mas de n´Olives en Lleida.
 Os pongo una fotografía de estos últimos cortesía de Ignacio Royo Guillén, uno de los mayores especialistas como ya dije antes en el arte rupestre de la Edad del Hierro, con quien he tenido el placer de presentar un trabajo conjunto sobre estos grabados en el congreso De artis rupestris celebrado en en noviembre del pasado año en Castellón (para el verano se publicarán las actas del congreso y se podrá consultar el trabajo en internet). Le agradeceré siempre su reconocimiento, su ayuda desinteresada y el impulso- empujón que me animó a divulgar estos vestigios. En su libro "El Arte Rupestre de la Edad del Hierro en la penísula ibérica" se pueden encontrar más ejemplos. Los paralelos en Europa también son abundantes, destacando los situados en los Alpes franceses (Valle de las Maravillas) y especialmente la zona italiana en Valcamónica. 





Calco general de los grabados antropomorfos orantes de Mas de n´Olives, situados cronológicamente  en la Edad del Hierro y con escenas similares a las del Castro Encarnado. Según  Diez- Coronel (foto Ignacio Royo)


Cierto es que sin un estudio detallado de todo el panel es complicado asegurar sin ninguna duda la cronología que proponemos para las figuras antropomorfas, pero mi condición de aficionado no me permite ir mas allá de las fotos nocturnas y de la mucha paciencia para localizar las mejores condiciones de luz. La limpieza, planimetría, catalogación y estudios deben ser realizados por profesionales del sector y encargados por las autoridades de Patrimonio.
 En todo caso, las coincidencias en cuanto al contexto (situados en un castro prerromano astur), el estilo e iconografía (coincidentes con otras manifestaciones artísticas de de Edad Del Hierro) parecen indicar que la opción más sencilla  puede ser la verdadera, por arriesgada que esta parezca. La representación de antropomorfos de manera esquemática y en particular la agrupación de figuras en actitud orante ha sido documentada en yacimientos prehistóricos y protohistóricos, siendo interpretada por los especialistas como una probable conexión con el mundo espiritual y funerario, además de las evidentes referencias a la actitud orante- danzante de las figuras. 




Estos grabados pueden ser un tesoro cultural tallado en la roca por aquellas gentes a las que hoy llamamos astures. Poco importa si fueron los primeros habitantes del castro en la Edad del Hierro o fueron sus descendientes a principios de nuestra era, ya bajo el yugo romano. 
 Estamos por consiguiente ante una manifestación artística prácticamente inédita en la provincia leonesa, que nos acerca al universo simbólico de las comunidades astures y las pone en relación directa (con algunos paralelos casi exactos) con otras culturas contemporáneas como pueden ser las de la Meseta central o los pueblos íberos del valle del Ebro. 
De aquellos primitivos habitantes castreños apenas conocemos hoy unos pocos símbolos conservados en las decoraciones de cerámicas y en algunos bronces (figuras geométricas, algún trisquel y poco más), A algunos les pueden parecer simples monigotes sin mayor importancia, pero un observador inteligente verá en estos grabados la huella de las diversas culturas que poblaron estas tierras durante los últimos dos milenios.  
 Por eso espero que las autoridades patrimoniales sepan valorar la singularidad e importancia de estos vestigios.

domingo, 4 de enero de 2015

COSAS DEL DEMONIO



En algún lugar de Maragatería localicé hace tiempo una roca rectangular de cuarcita, con una inscripción grabada a cincel con la leyenda   "SUELTA  LAS ALMAS EN EL NOMBRE DE JESÚS. SATANÁS"
Las letras están escritas en mayúscula, con una caligrafía aceptable para el tipo de soporte cuarcítico. La ortografía también es correcta con la colocación de la "m" antes de la "b". Pensé que esta regla ortográfica nos llevaría a la época actual, pero ya aparece reflejada en la Gramática de Antonio de Nebrija en el s XV. En todo caso no parece la obra de un pastor de hace varios siglos, sino de alguien con cierta cultura y a la vez temeroso de los enemigos de Dios.





Debemos hacer el esfuerzo de ponernos el la piel de la persona que grabó esa oración  en una época muy distinta a la nuestra, en unos tiempos en los que seguía vigente la creencia popular de que existe un modo de comunicación con las fuerzas protectoras, de tal manera que un simple mortal puede llamar la atención de santos benefactores o incluso la del mismo Dios.
Para ello se utilizan oraciones, salmos, conjuros, que se aprenden de memoria para casos de emergencia o necesidad, como calmar las tormentas y sus temidos rayos, contra el pedrisco que arruina las cosechas o incluso necesidades tan mundanas como encontrar algún objeto perdido.
Sin embargo, es en el terreno de lo sobrenatural donde se evidencian más profundamente estas creencias ancestrales, Se invoca a lo divino para defenderse de las brujas, del mal de ojo, de la mala suerte y sobre todo de las fuerzas del Mal. El diablo, el maligno, el demonio, Lucifer, Satanás...

En las campanas más antiguas de la catedral de Astorga ( de los siglos XV- XVI y XVII) podemos encontrar salmos de protección para los habitantes de la ciudad. Los siguientes datos están recogidos del trabajo "Sones y bronces de la catedral de Astorga", de Antonio Sanchez del Barrio:

 La campana conocida popularmente como "La Plegaria" presenta una inscripción en latín con letras góticas mayúsculas "VOX MEA CVNTORUMSIT TEROR DEMONIORUM"  (MI VOZ SEA EL TERROR DE TODOS LOS DEMONIOS).




Otra campana, de las llamadas "feriales" tiene la siguiente inscripción en letras góticas minúsculas, escrita en latín y cuya traducción es la siguiente:
" CRISTO REINA, CRISTO IMPERA. CRISTO NOS DEFIENDA DE TODO MAL"

Otra campana ferial fechada en 1699 con otra inscripción protectora, también en latín que se traduce :
"HE AQUÍ EL MADERO DE LA SANTÍSIMA CRUZ. HUID PARTES ADVERSAS.."

Hay otras dos campanas gemelas utilizadas antaño para anunciar la Pascua y llamadas por tanto "Las Pascualejas" con la misma leyenda "DOMINE CVN IRATVS FUERIS MISERICORDIAE" (SEÑOR, CUANDO ESTÉS ENFADADO CONCEDENOS TU MISERICORDIA"




Por último cabe citar una campana llamada "Bárbara" por estar dedicada a alejar tormentas con el texto en latín: " CON EL AUXILIO DE LA SANTÍSIMA MARÍA DE LA MAJESTAD, A MI, BÁRBARA, EL SEÑOR ME AYUDE PARA ALEJAR LAS DIABÓLICAS TEMPESTADES"

Hay también figuras representando a las fuerzas del mal en la fachada barroca de esta misma catedral. Siempre en actitud de derrota frente a las fuerzas divinas, como son el demonio pisoteado que aparece en la clave del arco, y una alegoría en la que una cigüeña sujeta con su pico una serpiente muerta.





 La cabeza de la culebra y parte del pico del ave han sido destruidos, posiblemente por un balazo a juzgar por un gran desconchón de forma cónica que hay en esa zona. Quizá fueron los franceses en el siglo XIX, pues ningún astorgano osaría disparar contra su catedral.

Es en este contexto donde debemos situar el texto grabado en la piedra que encabeza este post. La zona sobre la que se haya tiene un topónimo revelador : "El Teso de la Cruz". Con mucha probabilidad estuvo allí ubicado un sencillo monumento dedicado a las ánimas y la roca de cuarcita  pudo ser parte de la base de la cruz (en Maragatería los cruceros son humildes cruces de madera que se pudren con el tiempo y desaparecen si no se reponen, en contraposición con los magníficos cruceiros y petos de ánimas gallegos esculpidos en granito).
Nuestros antepasados sabían muy bien que Satanás es la encarnación suprema del mal y que  siempre está ojo avizor para apresar las almas de los muertos. Y que antes de ser el ángel caído fue llamado Lucifer (Luzbel, el portador de la luz), la obra maestra de Dios, tan perfecto que quiso ser como Él y no se dio cuenta que eso era pecado...